Un inmigrante que en 2010 caminó más de 1,414 millas (2,300 kilómetros) para presionar al Congreso que aprobara la ley del Dream Act, viajó hasta Santa Cruz, Bolivia, para entregarle una carta al Papa Francisco en la que le pide que interceda por los 11 millones de indocumentados que viven en el país.
Felipe Sousa, un inmigrante originario de Brasil y quien realizó la caminata junto a los DREAMers Gaby Pacheco, Carlos Roa y Juan Rodríguez, dijo que había viajado a Bolivia “para contar al Papa Francisco las historias de inmigrantes, las injusticias y los abusos en los centros de detención”.
“Voy a tratar de entregar la carta al Papa cuando venga a hablar con el público en Santa Cruz”, agregó.
Sousa asistirá la tarde del jueves al evento en el que Francisco participará con los jóvenes que asisten al II Encuentro Mundial de Movimientos Populares.
En la misiva, Sousa se presenta al Papa diciéndole que es “un inmigrante homosexual brasileño que ha vivido indocumentado en Estados Unidos durante 14 años” y que en el 2014 obtuvo la residencia legal permanente.
Señala que como la mayoría de las personas en su tierra natal, Brasil, “soy católico” y que como el resto de jóvenes indocumentados en Estados Unidos ha estado “lleno de miedo a ser deportado y detenido” y denuncia que las leyes vigentes “me excluyeron de oportunidades para alcanzar mis sueños”.
Que hable por los indocumentados
A nombre de la organización United We Dream, Sousa le pide al Papa que durante su visita a Estados programada para septiembre, “hable en nombre de millones de católicos indocumentados que han sido silenciados por el sistema de inmigración injusto e inhumando”, y que apoye la acción ejecutiva que el presidente Barack Obama anunció el pasado 20 de noviembre.
“En la actualidad por lo menos 5 millones de inmigrantes esperan ansiosamente para el alivio de la deportación a través de la acción ejecutiva (…) Sin embargo, una demanda por motivos políticos interpuesta por gobernadores republicanos y Procuradores Generales, ha estancado el proceso en nuestras comunidades”, escribió.
Sousa también le pidió a Francisco que hable a nombre de las millones de personas que han sido golpeadas por las deportaciones en los últimos años, cuyo número supera los 2 millones desde que Obama llegó a la Casa Blanca en 2009.
Y añade: “Le ruego que hable a nombre de los más de 34 mil personas que están en centros de detención de inmigrantes cada día por buscar una vida mejor en los Estados Unidos. Algunos de los detenidos son mujeres embarazadas, niños, familias y personas LGBT en busca de asilo”.
El activista cierra la carta diciéndole al Papa que los miembros del movimiento por los derechos de los inmigrantes en Estados Unidos “lo invitan a reunirse con inmigrantes indocumentados católicos” cuando llegue a Estados Unidos, y que “sería un honor llevarlo a ver por si mismo las condiciones deplorables que enfrentan nuestros familiares, vecinos y amigos dentro del sistema de detención”.
La caminata de 2010
La caminata que realizó Sousa en 2010 no dio los frutos que esperaban porque el Congreso no aprobó la Ley DREAM Act, que sacaría de las sombras a millones de jóvenes indocumentados que entraron siendo niños a Estados Unidos (antes de los 16 años). Sin embargo fortaleció el movimiento de los soñadores que se regó por todo el país.
La organización ha señalado que sus integrantes no se rinden y que seguirán batallando para que sus voces sean atendidas y poder alcanzar el mayor sueño de sus vidas: convertirse en ciudadanos estadounidenses.
Para ello, se requiere que el Congreso debata y apruebe una reforma migratoria integral, similar al proyecto S.744 que el Senado aprobó con apoyo bipartidista el 27 de junio de 2013 pero que detuvo el liderazgo republicano de la Cámara de Representantes.
El plan
El fracasado plan incluía una vía hacia la ciudadanía para indocumentados que se encuentran en Estados Unidos desde 2011 y carecen de antecedentes criminales.
Los favorecidos iban a entrar en un estado de residencia provisional por 10 años al término de los cuales serían elegibles para la residencia legal permanente (green card). Tres años después podrían gestionar la ciudadanía.
El 20 de noviembre de 2014, 18 meses después de la aprobación del S. 744 en el Senado, Obama anunció una acción ejecutiva que ampara de la deportación a unos 5 millones de indocumentados padres de ciudadanos y residentes permanentes (DAPA, por su sigla en inglés) y amplió la cobertura de la Acción Diferida de los DREAMers (DACA, por su sigla en inglés) de 2012.
El 3 de diciembre del año pasado 26 estados demandaron la medida y el 16 de febrero un juez federal de Texas dictó una medida cautelar que frenó su entrada en vigor.
En marzo el gobierno de Obama apeló el dictamen ante la Corte de Apelaciones del 5to Circuito en Nueva Orleans, instancia que en mayo ratificó el fallo cautelar de febrero y este viernes celebrará una audiencia donde defensores y detractores de la medida presentarán argumentos en un juicio que revisa la demanda de los estados en su totalidad.